Por Alejandro Yung, cofundador Keirón
La forma de interactuar, comunicarnos y consumir ha cambiado rápidamente en todo el mundo con la llegada de la tecnología, siendo uno de sus avances más importantes, la aparición de la inteligencia artificial.
En este escenario llega OpenAI con su innovadora herramienta ChatGPT, que entrega una nueva forma de concebir y modelar algún producto. Como toda tecnología disruptiva, el mundo quiso conocerla y probarla, por lo que pasó a ser una especie de moda, con lo que millones de productos comenzaron a ser “power by GPT”. Esta tendencia ocurre en diferentes ámbitos, por no decir en todos, por ejemplo, se dio cuando salieron las primeras hamburguesas “Premium”, ya que hoy prácticamente no existe ninguna que no lo sea. Esto también se ve con la tecnología, actualmente un 99,9% de las plataformas usan inteligencia artificial y a esto se le suma la incorporación de OpenAI con ChatGPT.
Como toda tendencia, muchas veces se mal usan las definiciones o se utilizan de forma pretenciosa, por lo que el mercado se llena de productos con estas increíbles capacidades, pero que en el fondo no se traducen en ningún valor. En este escenario nos podemos preguntar ¿Cuándo es útil y cuándo no?¿Cómo hacer un buen uso de esta tecnología?
Si esta respuesta la llevamos al ámbito de la salud, podemos ver que actualmente existen aplicaciones en este sector que están usando tecnología para comunicarse con el paciente, siendo GPT una de ellas. Esta herramienta -que entrega una solución real y beneficia tanto a los pacientes, como a los centros médicos-, si es bien utilizada, pasa a ser clave para lograr una conversación exitosa con las personas.
Siguiendo con la idea anterior, este diálogo se puede clasificar en dos partes: la negociación y la transacción. Si hablamos de negociación, estamos intercambiando información para poder llegar a un resultado. Por ejemplo, en el caso del agendamiento para una consulta médica, a través de la inteligencia artificial, es posible negociar hasta encontrar la hora adecuada entre un espacio sanitario y un paciente. Cabe destacar que gracias a ChatGPT esta conversación se puede dar prácticamente igual que se estuviese hablando con una persona. Incluso mucho mejor, debido a que se obtiene la información disponible y la puede cruzar con las preferencias del paciente de forma óptima.
Luego, si continuamos con el ejemplo entregado en el que se llega a un acuerdo para llegar al objetivo final de agendamiento para una atención médica, entra en juego la la transacción: ¿Podría confirmarme que el miércoles a las 17:00Hrs, agendará una hora con el Dr. X especialista en Traumatología? Cabe señalar que para esta pregunta una respuesta dicotómica y transaccional puede ser la mejor opción, debido a que en este caso es más fácil, explícito y fructífero ofrecer al paciente respuestas no negociables, si no que dicotómicas, como un sí o un no.
Importante destacar que dependiendo del canal utilizado, la facilidad que se le puede dar al paciente es mayor. Por ejemplo, WhatsApp permite el uso de botones para este tipo de transacciones, lo que le da una mejor experiencia al paciente.
Entonces ¿Cómo aprovechar el uso de la IA? Considerando el caso expuesto, así como hay muchos otros ejemplos, lo mejor es dejar la inteligencia artificial para las negociaciones, y los botones, para las transacciones y con ello, no estaremos utilizando esta tecnología para lucirnos, sino, para entregarle la mejor experiencia en el viaje de atención a los pacientes ya sea en centros médicos públicos, como privados.