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El coaching empresarial para arquitectos

trabajar por cuenta propia o estudios de arquitectura, es muy similar al coaching empresarial para otros profesionales liberales… porque, desde el punto de vista simplemente del negocio tienen dificultades y retos casi idénticos. Pero, además de las retos y las etapas por las que tiene que pasar cualquier profesional que se pone por su cuenta, los arquitectos tienen algunas características que los hacen especiales.

Los arquitectos son similares a otros profesionales liberales.

  1. La primera dificultad es comprender y procesar que una vez que te pones por tu cuenta ahora, en lugar (o además) de tu profesión habitual tienes una nueva profesión (la de empresario o empresaria).
  2. La segunda dificultad es que habitualmente caen en la trampa habitual de pensar que porque conozco el trabajo técnico ya sé llevar un negocio que vende este mismo trabajo técnico.
  3. La tercera dificultad viene a ser un resultado de la dos anteriores y podríamos resumirla en la frase: «Si hago un buen trabajo en “lo mío”, el éxito vendrá».

Los arquitectos son diferentes.

Además de estos problemas y escollos, más o menos comunes, los arquitectos tienen algunas idiosincrasias.

Es decir, diferencias que les ocasionan dificultades que no todos los pequeños negocios tienen.

La primera diferencia es que los arquitectos suelen estar muy pendientes de otros arquitectos.

Su espacio mental está ocupado por cómo de buen arquitecto es y cómo le verán aquellos que realmente le importan: otros arquitectos.

Esto hace que, por ejemplo, sus páginas web pueden ser súper “chulas”, creativas, enigmáticas, de diseño misterioso o sorprendente. Pero en las que un cliente se perdería.

La página web de un arquitecto no suele estar enfocada a facilitar que un posible cliente los llame. Más bien a destacar ante sus colegas arquitectos y a resaltar sus proyectos.

La segunda característica peculiar es que sus relaciones sociales (en persona y en virtual) son principalmente con otros arquitectos

Una vez más, esto lo he experimentado en el mundo de la música, el teatro, los bailarines, escritores… tienden a relacionarse casi exclusivamente con otros del mismo gremio. De ahí obtienen su sensación de reconocimiento, de estar haciéndolo bien.

La tercera diferencia es que tienen un problema, a veces, con los clientes.

Los clientes suelen tener la desfachatez de tener ideas sobre lo que quieren y esto es un problema para el arquitecto que, en el fondo, lo que quiere es hacer SU proyecto.

Tanto es así que, en ocasiones los arquitectos miran con displicencia a sus clientes cuando se les ocurre dar una opinión sobre lo que quieren para su propia casa.

Esta sensación de ser algo “superior” a otras profesiones o personas se ve reafirmada por la característica que menciono más arriba: la tendencia a la endogamia.

Esta endogamia refuerza la sensación de que lo que hacen como arquitectos es importante y que el público debería valorarlos por SER arquitectos.

En el fondo quieren hacer un gran proyecto.

O al menos quieren hacer los proyectos que les apetecen. Así que, los clientes (en tanto que personas con sus ideas y deseos) son un problema.

En el ideario de un arquitecto la mejor situación sería un cliente que les diga: “Quiero una casa, toma mi dinero, haz lo que quieras y cuando esté acabada me llamas.”

Cuando quieren poder acceder a proyectos más grandes, suelen asociarse entre ellos (y no con personas que aporten otras cualidades que ellos no tienen: por ejemplo, habilidades comerciales, conocimientos empresariales…)

Con estas características, resulta aún más complicado que para, digamos, una ingeniera informática, pasar de considerarse un profesional a considerarse empresaria.

¿De dónde viene esto?

Uno de los motivos, sin duda, es que durante toda su carrera se les inculca el aspecto de Bella Arte de la Arquitectura y que ellos son representantes de esta Bella Arte.

Y por lo tanto son, de alguna manera, especiales.

Y esto les da estas características peculiares que se perpetúa por la endogamia de sus relaciones.

¿Qué necesitas realmente para que tu estudio funcione?

Todo esto como introducción a lo que es la clave: para que su negocio funcione necesitan dedicarle mucha atención, cuidado y recursos (tiempo, esfuerzo y dinero). Sobre todo al inicio.

Y así no necesitarán dedicar tantos recursos una vez que esté «rodando».

Y, además de lo que necesitaría cualquier otra persona que ha puesto un estudio, despacho o pequeño negocio, necesita pasar por un cambio de perspectiva:

Para poder llegar a hacer los proyectos que quiere, necesita desarrollar un estudio que se lo permita.

¿Cómo es el coaching empresarial para arquitectos o estudios de arquitectura?

Lo que he escrito más arriba implica que quizá haya más dificultad en avanzar por los pasos concretos. Sobre todo en el ámbito de la perspectiva tuya, de tus creencias y tu mentalidad.

Mi experiencia es que los arquitectos suelen ser personas inteligentes que, una vez que su perspectiva está bien enfocada, entienden sin dificultad lo que hay que hacer.

Sólo es cuestión de estar atentos a la tendencia ocasional a autosabotearse sin darse cuenta.

Así que lo primero es aceptar que para hacer los proyectos impactantes que quieres hacer, necesitas tener detrás una estructura que te lo permita.

Un estudio que ofrezca la capacidad de permitirte hacerlo.

Y esto implica no sólo la capacidad técnica como estudio – desde el diseño, hasta la dirección de obra -, sino aspectos cruciales como un sistema de captación de clientes, la gestión administrativa, y que genere suficientes ingresos habitualmente como para poder seleccionar los proyectos que te gustaría hacer.

Es muy difícil que como autónomo, o asociado a otros arquitectos autónomos, esto llegue nunca a lograrse.

Es la diferencia entre construirte una vivienda a tu medida, o ir haciendo una chabola. Por muy grande que llegue a ser la chabola, siempre será una chabola.

Coaching para arquitectos

El proceso XLNS Coaching de coaching empresarial para arquitectos comienza con una instantánea de dónde está el estudio o el arquitecto desde el punto de vista de construcción del negocio.

Esto nos da una idea muy clara de qué está implantado de verdad y dónde está el negocio en su desarrollo.

Es posible que, a pesar de llevar bastante tiempo, años y años, el negocio – como sistema de generar dinero y/o proyectos siga estando en fase embrionaria.

Como si acabasen de abrir el estudio. Esto es muy normal.

En la medida de lo posible me gusta utilizar el pensamiento o abordaje sistémico. Es muy metódico, ayuda a identificar dónde está la restricción, a analizar en qué sentido esta “disfuncional” el sistema, y qué es necesario hacer para corregir.

Y a la mayoría de los arquitectos este enfoque les resulta fácil de entender, y tranquilizador.

Partimos de la base de que el estudio de arquitectura, además de un lugar en el que expresarte como arquitecto, ha de convertirse en una estructura de generación de recursos económicos y en una plataforma de infraestructura para poder hacer los proyectos que quieres.

Desde esta expectativa, y con la óptica del pensamiento sistémico, vemos cuál es el resultado real y dónde falla el sistema o el flujo.

Se identifican las áreas de trabajo, se hace un plan, y se comienza a avanzar. Entendiendo que siempre hay que avanzar al menos en 2 frentes:

1. La mentalidad y perspectiva del o de los socios arquitectos

2. Las intervenciones concretas sobre el sistema

¿Estás preparado para un proceso así?

Si te preguntas si esto es para ti, si quieres explorar como sería comenzar a acelerar el proceso y sentir que te estás moviendo en la dirección correcta por fin, puedes solicitar una conversación exploratoria.

Veremos dónde estás, qué buscas, qué necesitas, y si te interesa, hablaremos de cómo es este trabajo, y si te puede ayudar

Si esto te interesa, si te gustaría explorar la posibilidad de darle un «empujón» y acelerar la consolidación de tu estudio, puedes solicitar reunión exploratoria sin compromiso.

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