Más de 4 millones de personas y miles de mayores se ven afectados por apps difíciles de usar: contraste insuficiente, navegación no operable y lectores de pantalla ineficaces. ¿Se puede solucionar? Si, te explicamos cómo.
| Ana, 63 años, intenta pedir cita médica desde su móvil. El texto es demasiado pequeño, los botones no se distinguen y el lector de pantalla no reconoce los elementos básicos de navegación. Tras varios intentos fallidos, acaba llamando a su hija para completar un trámite que debería ser sencillo. Historias como la de Ana se repiten cada día: millones de personas quedan fuera de la vida digital por culpa de aplicaciones móviles que no están diseñadas para todos. En España, más de 4 millones de personas conviven con algún tipo de discapacidad, y millones más —personas mayores, usuarios con dificultades temporales de visión o movilidad, o quienes no dominan la tecnología— se enfrentan a barreras constantes al usar apps bancarias, sanitarias, educativas o de transporte. Según entidades como Fundación ONCE, la mitad de las aplicaciones más utilizadas no cumplen criterios básicos de accesibilidad, lo que convierte la brecha digital en una forma real de exclusión. Además, el 75,9% de los españoles con discapacidad grave de 16 a 74 años usan Internet regularmente, esto es, al menos una vez a la semana durante los tres últimos meses, según Eurostat. La digitalización avanza, pero no para todos La accesibilidad digital es una obligación legal, pero también social. Aun así, muchos servicios esenciales siguen siendo inaccesibles, provocando dependencia de terceros, pérdida de autonomía y frustración cotidiana. “Diseñar una app pensando solo en el usuario medio deja fuera a una parte enorme de la población. La accesibilidad no va de añadir un botón, sino de entender que cualquier persona, con cualquier capacidad, debe poder utilizar un servicio digital con autonomía”, explican desde GooApps®, empresa española especializada en el desarrollo de aplicaciones para salud, deporte y bienestar. Un informe y una guía que ponen el problema sobre la mesa Para revertir esta situación, GooApps® ha difundido una guía elaborada junto con Fundación ONCE, titulada “Accesibilidad de aplicaciones móviles”. El documento recoge los principios fundamentales que debe cumplir cualquier aplicación para ser inclusiva: Perceptible: textos alternativos, contraste adecuado, elementos claros. Operable: navegación posible mediante voz, gestos o lectores de pantalla. Comprensible: lenguaje y estructura accesibles para cualquier usuario. Robusta: compatible con tecnologías de asistencia como VoiceOver o TalkBack. “No basta con crear apps funcionales: hay que asegurarse de que nadie quede fuera de su uso”, indica el equipo de GooApps®. La compañía busca integrar estos criterios en todas las fases de diseño y desarrollo, alineándose con los estándares de la Fundación ONCE. Un problema que afecta a todos, no solo a las personas con discapacidadAunque la accesibilidad suele asociarse a la discapacidad permanente, expertos recuerdan que todos podemos necesitarla en algún momento: una mano ocupada, vista cansada, situaciones de luz adversa, edad, lesiones temporales, o simplemente falta de experiencia digital. ¿Quiénes están creando más apps en 2025? El desarrollo de aplicaciones ya no es terreno exclusivo de grandes empresas tecnológicas. Hoy, quienes más apps están creando son startups lideradas por jóvenes emprendedores, pymes que digitalizan sus servicios y grandes compañías que buscan optimizar procesos internos. El mantenimiento de una app suele representar entre el 10 % y el 20 % de su coste de desarrollo anual, porque requiere actualizaciones constantes, seguridad robusta y adaptación continua a nuevos dispositivos y sistemas operativos. El precio mensual de mantenimiento depende del número de usuarios activos: desde unos 600 € para apps internas pequeñas hasta más de 12.000 € en aplicaciones B2C con decenas de miles de usuarios, porque a más uso, más incidencias, soporte y carga técnica. Mantener una app no es un gasto, es una inversión: asegura rendimiento, evita vulnerabilidades y garantiza que la aplicación siga funcionando de forma estable a medida que crece y cambia el mercado digital. |




