Por Hugo Cortada, Director de Desarrollo de Negocio Serimag.
“Yo también uso ChatGPT”. Lo que antes era una verdad oculta entre los que se iniciaban en esta herramienta, ahora es una nueva habilidad. Cada vez son más las personas que reconocen el uso de esta nueva tecnología en sus puestos de trabajo y destacan las ventajas que ésta les ofrece para ser más eficientes.
La Inteligencia Artificial (IA) ha aterrizado repentinamente en muchas empresas y las plantillas han debido re-adaptar a contrarreloj sus funciones. Un autoaprendizaje que se ha asumido como parte del día a día y que muchos han sabido aprovechar. Otros – empresas más conscientes con el cambio que ésta podía suponer para su negocio- han sabido entender su valor y se han avanzado con cursos de formación específica para sus empleados con el propósito de ayudar a entender la tecnología, resolver dudas, personalizarla si así fuera necesario y sacarle el máximo partido a corto plazo. Pero todavía queda mucho camino por recorrer y por delante está por ver la escalabilidad de la tecnología a otros departamentos y el aprovechamiento de sus funciones compartidas.
Así hemos oído hablar por activa y por pasiva cómo la IA no ha venido a quitarnos el puesto de trabajo – salvo excepciones vinculadas al progreso y la automatización de procesos – sino a encargarse de aquellas tareas de menor valor que son posibles resolver con esta nueva tecnología y que nos libera un tiempo muy valioso para centrarnos en aquellas que requieren de nuestras habilidades humanas y dónde nuestro expertise cobra realmente mayor significado.
La pregunta es: ¿Está empobreciendo la profesionalidad o está ayudando a reforzar las habilidades profesionales? Quiénes conviven habitualmente con esta tecnología defienden la oportunidad que se les ofrece para mejorar la resolución de problemas y derivar labores rutinarias que menoscaban la profesión. Ahora, los humanos cuentan con una nueva versión de ‘calculadora’ que les permite disfrutar de su trabajo, dedicando más tiempo a esas labores diarias por las que realmente eligieron su profesión y aprendiendo que es posible mejorar con la ayuda de estas nuevas tecnologías. ChatGPT así como otras herramientas que aplican IA, pueden ser el ‘formador’ ideal si sabes usarlas de manera racional. Entender cuáles son sus soluciones o propuestas a un problema, debatirlas con ella para mejorarlas y adaptar y adoptar para posteriores usos, puede ser realmente todo un aprendizaje.
Hemos llegado a tal punto, que los que optan por rechazar la tecnología puede que estén sacrificando el crecimiento de su negocio y de sus propios trabajadores. La Inteligencia Artificial es para muchos ese ayudante que les permite seguir mejorando en sus puestos de trabajo y satisfacer sus metas profesionales. Para quienes abogan por el emblema ‘La felicidad de nuestro equipo, el motor de nuestra empresa’, la IA es la herramienta que les sirve de ayuda para aumentar el nivel de satisfacción y compromiso de los empleados con su empresa, una oportunidad para ser más competitivos y siempre de la mano de las habilidades de sus empleados.
Ante la pregunta si la IA puede llegar a ser una nueva forma de crecer en el trabajo, realmente sí se puede cuando se utiliza con criterio. Más que la varita mágica que nos ayuda a ‘salvar’ nuestras funciones, debe ser entendida como aquella que nos ayuda a ‘impulsar’ nuestras tareas en nuestro puesto de trabajo. Sólo así entenderemos el aprendizaje que se nos está ofreciendo y la oportunidad de constituir una ventaja estratégica para la organización.