A casi dos décadas desde los planteos iniciales de Chesborough sobre el surgimiento de un nuevo modelo de innovación abierta, empresas como Bimbo, Mercado Libre, EPM, Ab Inbev, Cemex, Accenture, Telefónica y Bradesco integran una lista creciente de compañías en América Latina que le han puesto fichas a la colaboración con startups y empresas jóvenes como fuente de innovación. Por ejemplo, en 2017, el gigante cementero mexicano lanzó la plataforma Cemex Ventures, que selecciona y apoya startups con soluciones para los distintos desafíos de la industria. Otro caso es el del Banco Credicorp de Perú, que en 2018 creó la subsidiaria Krealo como brazo innovador para la inversión y gestión de Fintechs en toda América Latina.
¿Cuáles son los motivos que llevan a las corporaciones a avanzar en esa dirección? ¿Se da solo en ciertos sectores e industrias? ¿Cómo construyen y gestionan las relaciones con las startups? ¿Con qué desafíos se enfrentan? ¿Es un “plato fuerte” en el menú estratégico de las grandes empresas o se trata de “pruebas de degustación cool”? ¿Verdaderamente funciona? La lista de preguntas es muy amplia, y, como se trata de un fenómeno reciente en la región, exhibe tanto un gran potencial como numerosos desafíos.
Una nueva publicación del BID y Prodem avanza sobre varias de estas cuestiones, al presentar y analizar numerosas iniciativas corporativas que involucran a grandes empresas y emprendimientos emergentes. El estudio se focaliza principalmente en caracterizar a las corporaciones, sus motivaciones y las modalidades de trabajo con startups. También examina el involucramiento de otras entidades del ecosistema de innovación, así como los desafíos en la gestión de los proyectos y sus resultados en términos de innovación.
Corporate venturing: ¿quiénes lo impulsan y qué buscan?
Las empresas que apuestan a las startups a través del emprendimiento corporativo (corporate venturing) son por ahora una pequeña vanguardia, aunque en claro crecimiento dentro del mundo empresarial. Pertenecen a una amplia gama de sectores, tanto tradicionales como tecnológicos, y, en la gran mayoría de los casos, se trata de empresas muy grandes que operan a nivel regional, lo que podría favorecer los procesos de escalamiento e internacionalización de las startups.
Muchas de las corporaciones suman la colaboración con startups a los esfuerzos internos que realizan sus áreas de investigación y desarrollo (I+D), atraídos principalmente por la posibilidad de innovar en productos y procesos en el marco de la transformación digital y la revolución 4.0, siendo estos los sectores de mayor interés para la captación de las startups. Otros sectores clave son las Fintech, las energías renovables y las Agrotech. Las personas que lideran las iniciativas corporativas manifiestan que el objetivo es principalmente integrar innovaciones generadas por las startups (80%) antes que tomar sus ideas para desarrollarlas dentro de la empresa (33%).
Las iniciativas de emprendimiento corporativo incluyen actividades tales como incubación, aceleración, inversión, codiseño y codesarrollo de soluciones, así como concursos y hackatones. Muchas iniciativas combinan más de una actividad. Por ejemplo, están quienes incuban y/o aceleran como paso previo a la inversión o bien quienes utilizan los concursos como modalidad de captación de startups de su interés para llevar adelante otras actividades, como el codesarrollo de productos.
Además de mentorías por parte de sus ejecutivos y profesionales, la promesa de valor de las grandes empresas suele incluir el aprovechamiento de su plataforma de experiencias, contactos e infraestructuras. Sus servicios y activos ayudarían a las startups a realizar pruebas y validaciones, y hasta incluso ventas, mediante los canales y clientes de la compañía. Es decir, el emprendimiento corporativo abarca un campo más amplio de apoyos que las incubadoras y aceleradoras independientes, incluyendo áreas como el acceso a mercados, en el que sólo las mejores incubadoras se destacan.
La gestión del emprendimiento corporativo
Para construir y gestionar el trabajo con las startups, las corporaciones suelen apoyarse mayormente en una gerencia o área interna o, en menor medida, en una subsidiaria creada para dedicarse a la tarea en forma especializada. De este modo, se busca contar con un adecuado equilibrio entre la autonomía organizacional, que facilita la adaptación a las necesidades y los patrones de comportamiento de las startups, y el enlace con la corporación, muy necesario para poder contar con su plataforma de activos a la hora de brindarles apoyo.
Los equipos internos suelen tener un tamaño limitado, y resulta importante para las corporaciones poder definir cuál es, en cada caso, el tamaño mínimo organizacional requerido por debajo del cual se vuelve complejo “cubrir la cancha” con una cantidad relevante de emprendedores. Este planteamiento es importante, pues los recursos que invierten las corporaciones en estas iniciativas suelen aún ser bajos e inestables. Incluso, su regularidad no siempre está garantizada, sino que cada año o, a veces, ante cada actividad, deben esperar su aprobación a nivel central. Para superar estas limitaciones y potenciar las actividades, muchas veces se buscan alianzas con otras organizaciones del ecosistema, tanto a la hora de captar emprendimientos como de brindarles apoyo.
Los proveedores de servicios especializados en startups también están teniendo más protagonismo, que varía según el país. Estas organizaciones especializadas pueden contribuir a bajar las “barreras técnicas” que dificultan la entrada de las grandes empresas al mundo de la colaboración con los emprendedores. La política pública sistémica debe contemplar el posible rol de estos proveedores de servicios, sobre todo en una fase embrionaria, en la cual aún se requiere desarrollar capacidades para el trabajo con startups dentro de las corporaciones.
Otra cuestión a tener en cuenta es que las vinculaciones entre las corporaciones y las startups incluyen muchas veces acuerdos y cláusulas que definen los derechos de los emprendedores a recibir ciertos servicios, así como establecen ciertas atribuciones para las corporaciones; por ejemplo, participar en el directorio de la startup o incidir en algunas de sus decisiones. Si bien los emprendedores tienden a cumplir sus compromisos, los casos de incumplimiento ─hasta ahora minoritarios─ suelen dar lugar al cese de la relación e incluso, a veces, a penalizaciones monetarias.
El día a día de los líderes de las iniciativas corporativas incluye importantes retos. Los principales tienen que ver con identificar emprendimientos que tengan potencial y empalme estratégico (strategic fit) con el negocio de la empresa, adaptar la cultura y ciertos procesos organizaciones para poder trabajar con emprendedores y ajustar las expectativas de las partes, especialmente en lo que refiere a la agilidad y flexibilidad de las corporaciones.
Algunas experiencias ya están exhibiendo resultados, aunque la evidencia todavía es limitada. Para elevar la tasa de efectividad es importante tener en cuenta diversos factores. En algunos casos, está claro que los frutos de los esfuerzos aún deben madurar, pero también es importante contar con definiciones corporativas más precisas, tanto de los logros esperados como de los sistemas que permitan medir su evolución a lo largo del tiempo. También es fundamental tener en cuenta cuál es el modelo de intervención organizacional más adecuado para las actividades, la experiencia gerencial y los niveles de compromiso requeridos.
Startups y corporaciones: ¿cómo impulsar una agenda que fomente la innovación?
El trabajo de las corporaciones con las startups plantea una agenda de desafíos importantes que deben tenerse en cuenta junto con las promesas asociadas a su potencial, sobre todo por involucrar a actores tan diversos. ¿Cuáles son los temas clave a ser considerados por los distintos grupos de interés en el tema?
- Para la mayoría las corporaciones aún parece relevante lograr una mejor comprensión y un compromiso más amplio con la innovación y el trabajo con las startups, así como poder avanzar hacia procesos más ágiles, impulsando la capacitación y disponiendo de recursos humanos y presupuestos más apropiados.
- Por el lado de los emprendedores, los resultados de la investigación deberían ayudarlos a estar más atentos a la hora de sumarse a un programa corporativo, teniendo en cuenta la existencia de diferentes modelos de trabajo y grados de compromiso. Igualmente, los emprendedores deberían ajustar sus expectativas en cuanto a los tiempos y procesos de las corporaciones, así como tener presente que saber zanjar diferencias de opinión puede ser parte del juego.
- Los gobiernos, por su parte, podrían tomar este estudio como insumo para el diseño de programas que fomenten el trabajo de las grandes empresas con las startups. También, puede ser útil para la selección de aquellas corporaciones capaces de brindar un apoyo efectivo a los emprendedores en el marco del fomento inteligente de las políticas de emprendimiento corporativo, alejadas de prejuicios, ya sea a favor o en contra de la gran empresa. Una estrategia “inteligente” implica invertir recursos públicos para “despertar” y apalancar recursos privados, buscando obtener un saldo neto positivo, favorable para el desarrollo de los ecosistemas de emprendimiento e innovación.
Más allá de los aportes del estudio, es necesario promover un mayor debate acerca del tipo de intervención de política pública requerida, así como obtener evidencia empírica sobre los instrumentos más apropiados. Además, en un escenario pospandemia habrá que administrar los recursos de forma cada vez más estratégica. Por lo tanto, será muy relevante poder distinguir entre las iniciativas corporativas que, en el fondo, puedan estar más orientadas al marketing y a la construcción de imagen institucional, de aquellas que prometan mayores resultados por tener un compromiso mayor con la innovación como verdadero motor.
¿Conoces casos de colaboración entre startups y corporaciones en tu país? ¿Cómo ves el potencial de estas iniciativas para promover la innovación? Cuéntanos en los comentarios