“Los empleados felices son empleados productivos”, afirma Camilo Agromayor, director general de Ofita. De ahí que, tras la pandemia, hayan sido muchos los empresarios que han apostado por rediseñar los espacios de trabajo en consonancia con las peticiones y necesidades de una fuerza laboral que, con el teletrabajo, no acude a diario a las instalaciones.
Según los estudios de Ofita, las oficinas abiertas generan innovación y colaboración, pero en realidad acaban siendo perjudiciales para el confort de los empleados y su productividad. Para contrarrestar esta tendencia, se propone optar por oficinas hibridas y flexibles.
Esas son aquellas en las que conviven distintos espacios, tanto privados como sociales, de ocio y descanso o de innovación. Se trata de crear espacios y oficinas para las distintas dinámicas de trabajo del siglo XXI: individual, colaborativo, presencial y remoto.
Para testar las oficinas se plantean una batería de preguntas que engloba hablar de los niveles de ruido, de espacios tranquilos para concentrarse, de espacios donde poder trabajar en colaboración con otros equipos o incluso con salas para conectarse en remoto con otras oficinas.
“Existen algunas mejoras en el diseño de la oficina que pueden contribuir a la felicidad de los empleados y así aumentar la productividad en la oficina”, afirma Agromayor.
Cuatro aspectos para mejorar la productividad en la oficina
En primer lugar, es clave instalar puestos de trabajo regulables, que se adapten fácilmente a la posición deseada para que los trabajadores puedan trabajar de pie o sentados.
En este sentido, Ofita subraya también la necesidad de amueblar la oficina con mobiliario ergonómico, que asegure el confort de sus usuarios y contribuya desde su diseño a crear espacios de trabajo más saludables.
Según el estudio “Ergonomía y salud en la oficina” de Ofita, un puesto de trabajo ergonómico mejora el rendimiento del trabajador un 25%. Por el contrario, si no es el adecuado, puede incrementar la fatiga y el malestar; crear estados anímicos poco saludables (depresión, ansiedad, irritabilidad…) y diferentes enfermedades.
El mismo estudio señalaba que el 45% de los trabajadores no estaba cómodo en su puesto de trabajo.
En segundo lugar, adaptar la oficina a la tecnología para que las personas puedan trabajar en sus horarios adaptados y en lugares alternativos. Esto les permite una mayor libertad para trabajar y vivir donde quieran, accediendo y compartiendo archivos a cualquier hora y en cualquier lugar.
En tercer lugar, es necesario apostar por medidas para lograr el bienestar de los empleados pasa también por una buena iluminación y por evitar el ruido. “La productividad cae hasta más de un 65 % en una habitación llena de ruido de fondo; por ese motivo, cada día es más popular ver cabinas acústicas en las áreas operativas de las oficinas. En su interior, las personas se reúnen con otras o las utilizan individualmente para hacer llamadas o trabajar concentrados” comentan.
Finalmente, el diseño de espacios destinados a la colaboración también ayuda a los empleados a interactuar entre sí, sentirse mejor y ser más productivos, y cuanto más versátiles sean estos espacios mejor, para que puedan configurarse para distintos usos y/o número de personas. Al igual que contar con zonas de descanso y/o ocio donde los empleados puedan recargar baterías o charlar con compañeros. Esto ayudará a mantener motivadas a las plantillas.