En un contexto donde el cáncer de pulmón se ha convertido en una de las principales causas de muerte en España, representando el 20% del total, la atención sobre los factores de riesgo que contribuyen a esta enfermedad es crucial. Si bien el tabaquismo es el principal culpable, el gas radón, un gas radiactivo que se libera de forma natural del subsuelo, ha comenzado a despertar preocupaciones entre los investigadores. Este 7 de Noviembre se celebra el Día Europeo del Gas Radón. El propósito es dedicar, a nivel Europeo, un día del año para promover el interés por prevenirse frente a los riesgos de su inhalación.
La amenaza invisible
El gas radón no tiene ni color, ni olor, ni sabor y solo se detecta si se busca de forma específica. Se acumula en espacios cerrados, como viviendas, lugares de trabajo y escuelas, especialmente en sótanos y plantas bajas. Este gas se produce de forma natural, por la desintegración del uranio presente en el suelo. Una vez se genera, el radón pasa fácilmente al aire y al agua.
“El radón se filtra desde el suelo a través de grietas y poros en las estructuras subterráneas, acumulándose principalmente en sótanos y primeras plantas, áreas con escasa ventilación. En algunas regiones de España, donde los niveles de radón son especialmente elevados, se vuelve crucial contar con medidas efectivas de protección. Aquí es donde entra en juego la experiencia y tecnología de BMI, que ofrece un conjunto de soluciones ensayadas y certificadas contra el gas radón”, explica Chus Barroso, CEO BMI Iberia.
Al entrar en nuestros pulmones, puede dañar las células de las vías respiratorias con el tiempo. El Consejo de Seguridad Nuclear ha realizado un mapa de concentraciones de radón en España, identificando Galicia, el norte de la Comunidad de Madrid y el norte de Extremadura como las zonas más afectadas. En Galicia, por ejemplo, el 6,9% de las muertes por cáncer de pulmón son atribuibles a este gas.
Soluciones. Entre ellas destacan barreras bituminosas y sintéticas, diseñadas para diferentes tipos de edificaciones, tanto en obra nueva como en rehabilitaciones. Estas barreras cumplen con las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE) y han sido ensayadas y certificadas con el DIT 678/23 expedido por el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc, CSIC) contra el gas radón. “Cada vez recibimos más llamadas de instaladores que quieren emplear estos sistemas, porque la gente es cada vez más consciente del problema”, explica Chus Barroso.
Una de las soluciones más avanzadas que propone BMI es su sistema de despresurización del terreno, que facilita la expulsión del gas radón antes de que ingrese al edificio. Este sistema, que incluye dispositivos como el Easi-Sump, asegura la evacuación del gas mediante una red de tuberías conectadas al exterior, previniendo eficazmente su acumulación en los espacios habitables.
“En BMI, entendemos la gravedad de los riesgos que representa el gas radón y hemos desarrollado soluciones que garanticen la seguridad de las personas en sus hogares y lugares de trabajo”, comenta Chus Barroso y añade: “Con nuestras barreras certificadas y sistemas de despresurización, estamos ofreciendo una solución integral y probada para combatir este peligro invisible”.
A partir de este otoño, todos los bajos y sótanos de empresas en 283 municipios gallegos deberán medir los niveles de gas radón. La nueva normativa, que entró en vigor en mayo, obliga a las empresas a realizar mediciones como parte de su plan de Prevención de Riesgos Laborales.
Medidas a tomar
Los expertos recomiendan comenzar con la medición de radón utilizando detectores, que son dispositivos pequeños que se colocan en la vivienda durante un periodo de semanas o meses. Los resultados se envían a un laboratorio especializado, que emite un informe sobre los niveles detectados. La detección temprana es clave.
Consejos útiles para la población:
- Realizar mediciones periódicas: Instalar detectores de radón en espacios cerrados (sótanos y plantas bajas), y realizar mediciones cada cierto tiempo.
- Mejorar la ventilación: Asegurarse de que el hogar esté bien ventilado.
- Consultar a expertos: Es primordial contactar a profesionales para realizar un análisis y recibir recomendaciones sobre cómo mitigar el riesgo.
- Mantenerse informado: Conocer las normativas y regulaciones sobre la medición de radón en tu área.
- Informar a tu comunidad: Compartir información sobre el gas radón y su prevención con amigos, familiares y compañeros de trabajo.
La salud respiratoria de los españoles está en juego, y es vital actuar con rapidez y determinación ante esta amenaza invisible.