El sector de la joyería personalizada vive un auge sin precedentes. Frente a las propuestas fabricadas en masa, las piezas únicas que cuentan historias personales están ganando terreno, impulsando a pequeños talleres artesanales y generando valor económico en el mercado de la artesanía contemporánea.
La joyería personalizada representa ya una de las áreas con mayor proyección dentro del sector joyero en España.
Esa es la apuesta de Alas para Volar, una marca de joyería artesanal de Segorbe (Castellón) que convierte la leche materna o las cenizas de un ser querido en piezas únicas que buscan preservar momentos en piezas inolvidables.
Vínculo y homenaje: el respeto y cariño hecho pieza de joyería
“Sabemos lo que significa perder a alguien o querer recordar el vínculo de la lactancia. Por eso tratamos cada joya como si fuera para nosotros mismos, con todo el cuidado que merece ese recuerdo”, explican desde el taller.
Por un lado, las joyas con cenizas buscan crear piezas hechas a mano a partir de las cenizas de un ser querido, con materiales nobles como plata de ley y baño de rodio. Además, Alas para Volar ofrece recogida a domicilio para facilitar el envío seguro, utilizando apenas una cucharadita en un recipiente hermético.
Por otro lado, las piezas con leche materna encapsulan de forma artística este líquido como símbolo de la lactancia y de la relación madre-hijo.
Cada joya se diseña al gusto del cliente y se realiza de forma totalmente artesanal, desde la conservación de la leche hasta la mezcla con resina y el acabado final. Para conseguir el objetivo tan solo hacen falta entre 10-20 ml de leche que se enviarán en una bolsa hermética y térmica para que, en el taller de Segorbe puedan deshidratarla y convertirla en el polvo que se mostrará en cada pieza.
Ambos procesos requieren cerca de tres semanas de trabajo artesanal, garantizando una atención personalizada y una pieza final de gran valor sentimental.
