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Las empresas pierden 34 billones de dólares por una mala acústica en salas de videoconferencias

Según los últimos estudios, se ha cifrado que, anualmente, la mala calidad de las videoconferencias puede suponer una pérdida de 34 billones de dólares a las empresas en

todo el mundo, una cifra que pone en relieve la necesidad de poner el foco en la tecnología y en el acondicionamiento acústico por parte de las empresas.

El aumento de las videoconferencias como método de reunión en remoto con distintos equipos de trabajo y ciudades ha cambiado, por completo, la forma en la que se trabaja. Si bien es cierto que esta forma de amortizar el tiempo en la oficina ha aumentado la productividad, lo cierto es que requiere de mayor planificación y de una agenda clara y concisa, ya que más del 71% de los trabajadores también reconoce que demasiadas reuniones acaban siendo improductivas.

Lo que es cierto es que las videoconferencias se han convertido en una nueva herramienta para hacer negocios y marketing, lo que requiere poner el foco en la calidad técnica para evitar interferencias, permitiendo escuchar de forma clara la información (aún más cuando se suele hablar en distintos idiomas) y que el sonido sea adecuado.

“Para las empresas es clave crear entornos en los que este tipo de reuniones se puedan desarrollar de forma adecuada. Los llamados valores diana para los parámetros acústicos, según nuestra experiencia, deben ser el doble de estrictos que para las salas de conferencias normales” explican desde Ecophon.

Equipamiento para salas de videoconferencias

Es clave, según la opinión de los trabajadores, sentir que se tiene una comunicación efectiva cuando se trabaja en remoto con otros equipos. El hecho de saltar la barrera fronteriza y poder conectar para desarrollar proyectos hace que hoy en día se hayan incrementado hasta en un 80% la opción de videollamadas desde el 2020.

Eso hace que las empresas empiecen a crear espacios diseñados con audiovisuales específicos para tal función y con un acondicionamiento acústico que evite distracciones, tanto para quienes participan en la llamada como para los compañeros de oficina que no están dentro de la sala.

El diseño de las salas partiría de un techo fonoabsorbente, paneles que cubren, al menos, una de las paredes y donde se haya estudiado la mejor insonorización posible.

Micrófonos, altavoces y pantallas deben incorporarse de forma natural y pensando en su distancia y posicionamiento para evitar acoples.

“Como regla general, una geometría de sala más asimétrica proporcionará mejores condiciones acústicas. Las superficies inclinadas o curvas afectan la dirección de las reflexiones de las ondas sonoras y garantizan que no se reflejen de forma regular entre superficies paralelas. Además, superficies rugosas e irregulares mejorarán el sonido cuando se usan con materiales fonoabsorbentes” explican los expertos.

 

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