Junio es el mes de la sostenibilidad y es habitual que muchas corporaciones utilicen en sus comunicaciones palabras como “eco” o “verde”. Sin embargo, ¿nos están hablando de una sostenibilidad real o solo es un ejercicio de greenwashing? El Barómetro de Empresas del IESE reflejaba que más del 60% de directivos en España consideran la adopción de medidas sostenibles clave para el futuro, pero solo una parte ha desarrollado acciones determinantes.
Por otra parte, un estudio del Observatorio de la Sostenibilidad en España apunta que muchas grandes empresas todavía no cumplen con medidas ESG reales. La razón principal es la económica. Por ejemplo, instalar paneles solares puede requerir de una inversión de hasta 100.000 euros para una Pyme y transitar hacia una flota de vehículos corporativos eléctricos, hasta 300.000. Además, la transformación hacia una empresa respetuosa con el medio ambiente también requiere de un cambio profundo en su cultura, lo que obliga a desarrollar una visión a largo plazo y fomentar acciones que involucren a toda la organización.
El cambio hacia una sostenibilidad real es un proceso complejo. Los costes iniciales, el cambio en la estructura organizacional o el sistema legislativo son motivo de resistencia. Ahora bien, el futuro exige esa transformación y aquí mostramos algunas acciones por las que las empresas pueden comenzar.
4 acciones que hacen a las empresas más sostenibles
- La sostenibilidad en el centro de la empresa. La sostenibilidad debe estar integrada en la cultura de la organización. Por eso, es importante que la misión, visión y valores de la organización reflejen un compromiso real con estrategias que vayan en esa dirección. Establecer objetivos ESG en la estrategia general de la empresa, formar a los empleados en esta materia o evaluar decisiones estratégicas teniendo en cuenta su impacto ambiental y social son algunas medidas que se pueden adoptar.
- Sumarse a la movilidad compartida. Por ley, la movilidad sostenible pronto será fundamental para las grandes empresas. Una de las iniciativas que más éxito está cosechando es la movilidad compartida porque se puede aplicar de diversas formas. Además de iniciativas de carpooling o lanzaderas corporativas, existen plataformas, como la de la española Celering, que permiten a las empresas compartir rutas. De este modo, si una organización libera plazas en su vehículo se las puede vender a otra para garantizar el ahorro económico y ambiental.
- Ahorro energético. Pequeñas acciones como sustituir bombillas por iluminación LED, apagar luces y equipo fuera de horario, aprovechar al máximo la luz natural o el uso de regletas con interruptores para controlar el “consumo fantasma” son medidas que no solo impactan de manera positiva en el medio ambiente sino que, además, suponen un ahorro energético para las corporaciones. Inversiones más ambiciosas, como la instalación de placas solares, pueden suponer un ahorro anual de entre 10.000 y 15.000 euros.
- Alianza con proveedores sostenibles. La sostenibilidad debe extenderse más allá de las operaciones internas de la empresa. Aplicar criterios ambientales y sociales en la selección de proveedores permite reducir el impacto de toda la cadena de valor. Algunas acciones eficaces son priorizar proveedores locales o con certificaciones sostenibles, incorporar cláusulas ESG en los contratos, y optar por materiales reciclados o reutilizables. Estas estrategias refuerzan la reputación de la empresa frente a clientes, inversores y empleados.
La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad estratégica para aquellas empresas que buscan avanzar hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente. En un momento en el que las empresas buscan la forma de reducir emisiones contaminantes, plataformas como la española Celering ayudan a las organizaciones en este compromiso. Su tecnología, basada en inteligencia artificial, fomenta la movilidad compartida, facilitando un transporte flexible, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
