CIUDAD DE MÉXICO 2025.- A mitad de 2025, Bitcoin no solo se ha robado los reflectores del verano financiero: ha redefinido lo que entendemos por consolidación de un activo emergente. El pasado julio, la criptomoneda líder del mercado rompió la barrera de los 118000 dólares por unidad y activó una serie de reacciones que hoy mantienen a inversionistas, instituciones y analistas en una misma pregunta: ¿estamos viendo un rally estacional o el último gran impulso de un ciclo que aún no termina?
Como todo en el universo cripto, el actual es un contexto complejo pero revelador. Iñaki Martínez, director ejecutivo de Wall Street Funded —plataforma financiera que abre una ventana a la capitalización para inversionistas emergentes— explica que lejos de la especulación retail que infló el precio en ciclos pasados, el ascenso actual de Bitcoin está siendo impulsado por flujos institucionales históricos. Tan solo en julio, los ETFs spot de Bitcoin, liderados por BlackRock y Fidelity, captaron más de 14.8 mil millones de dólares, superando incluso el ritmo de los fondos respaldados en oro en el mismo periodo.
Este, señala el experto, ya es un giro estructural: el dinero “serio” ha entrado al mercado cripto, y lo ha hecho con la decisión de quedarse. “La diferencia está en las manos que mueven ese capital. Hoy vemos entrar dinero institucional, el mismo que mueve al S&P 500, con una tesis clara y a largo plazo”, explica Iñaki Martínez. “Eso cambia completamente la lectura del mercado”.
Y no es solo capital: también es regulación. Por primera vez, el ecosistema cripto cuenta con una narrativa legal favorable. La aprobación del Genius Act en Estados Unidos, la inminente discusión de la Clarity Act, y la creación de una reserva estratégica de Bitcoin por parte del Tesoro estadounidense han desplazado la conversación desde la especulación hacia la legitimidad institucional. “Muchas veces se confunde regulación con usabilidad, como ir a comprar un coche con Bitcoin; pero la clave está en la adopción”, aclara Martínez. “Y esa adopción ya ha comenzado, pero desde lo más alto de la administración pública”.
Durante las últimas semanas, Bitcoin rompió resistencias clave entre los 109,000 y 112,000 dólares. Según proyecciones, de superarse de forma sostenida el umbral de los 114,000 dólares, el mercado podría habilitar un nuevo tramo alcista de al menos 25%, situando el siguiente objetivo técnico alrededor de los 143,000 USD.
Pero como todo en finanzas, los ciclos importan. Para Iñaki Martínez, este rally tiene lógica cíclica: “Históricamente, los ciclos alcistas de Bitcoin duran cerca de 1,100 días hasta alcanzar un pico superior; Hoy estamos en el día 900. Eso nos da un margen real de entre 100 y 200 días más para continuar acumulando en la parte alta del mercado antes de ver señales de distribución”, indica.
Esta lectura no es menor. Implica que aún no hemos visto el movimiento clásico de rotación que han visto otras divisas como Ethereum. Aún no se desata esa ambición especulativa que busca multiplicar capital en tokens secundarios. “Mientras la dominancia de Bitcoin se mantenga robusta y no haya una migración evidente hacia otros cripto activos, podemos suponer que la fase de acumulación institucional sigue en curso”, afirma el especialista.
El otro componente relevante es el entorno macroeconómico. La depreciación del dólar, el freno a las subidas de tasas y una percepción renovada de los activos de reserva han creado un terreno fértil para que Bitcoin se consolide como alternativa real dentro de los portafolios institucionales. En palabras de Iñaki Martínez: “Este detalle del año, que es la depreciación del dólar, ha ayudado muchísimo a que Bitcoin, y el resto de los mercados, suban con fuerza”.
Ahora bien, la pregunta del millón: ¿es buen momento para invertir? Iñaki responde con cautela, pero con convicción: “No existe la bola mágica. Todo depende del horizonte, del tipo de vehículo y del perfil de riesgo. Pero si Bitcoin tiene sentido en un portafolio, debe representar como máximo entre un 10 % y 20 % del capital disponible. Rentable, sí, pero volátil también”.
Mientras tanto, el mercado observa con atención. Si los patrones históricos se repiten, aún podría haber espacio para un último movimiento parabólico en este ciclo. Pero, como advierte Wall Street Funded, ese tramo final no es para todos: es el momento donde las manos institucionales distribuyen, los precios se vuelven irracionales y los especuladores tardíos pagan la euforia con pérdidas.