Por Lourdes Quinteiros – Psicopedagogía Laboral
A modo de reflexión semanal voy a invitarlos a que pensemos juntos sobre lo simple.
Cuando charlamos sobre bienes materiales muchas veces para describir el objeto (auto, casa) o al hablar de nuestras profesiones o empresas nos referimos a cifras. Ej.: cuanto está tazada la propiedad, cuántos i…
Por Lourdes Quinteiros – Psicopedagogía Laboral
A modo de reflexión semanal voy a invitarlos a que pensemos juntos sobre lo simple.
Cuando charlamos sobre bienes materiales muchas veces para describir el objeto (auto, casa) o al hablar de nuestras profesiones o empresas nos referimos a cifras. Ej.: cuanto está tazada la propiedad, cuántos ingresos tiene tal negocio, cuánto es el salario…
Y se deja de lado los aspectos más subjetivos. Ej.: la satisfacción que nos da cierta tarea, lo que disfrutamos teniendo tal objeto, el bienestar de tal cosa..
Así como también sobre vínculos, relaciones con amigos o cuánto tiempo se lleva de novio o de casados. Más allá de lo cuantificable debemos resaltar lo cualitativo, sobre todo si de vínculos se trata. (Vínculos familiares, vínculos con amigos, vínculos con compañeros, vínculo con la pareja, vínculo con el trabajo propio, vínculo consigo mismo)
Para explicar la idea anterior comparto un fragmento de El Principito de Antoine de Saint-Exupery.
“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar:
“¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?”
Solamente con estos detalles creen conocerle. Si les decimos a las personas mayores:
“He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado”, jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa.
Es preciso decirles: “He visto una casa que vale cien mil pesos”.
Entonces exclaman entusiasmados: “¡Oh, qué preciosa es!”
Aquello que miramos y no podemos ver es lo simple.-* Lao Tse
Lo simple, va acompañado de disfrutar cada momento y cada instante intensamente, cada cosa por su propia esencia.
Que tengan un lindo fin de semana!
Saludos,
Por Lourdes Quinteiros – Psicopedagogía Laboral
Y se deja de lado los aspectos más subjetivos. Ej.: la satisfacción que nos da cierta tarea, lo que disfrutamos teniendo tal objeto, el bienestar de tal cosa..
Así como también sobre vínculos, relaciones con amigos o cuánto tiempo se lleva de novio o de casados. Más allá de lo cuantificable debemos resaltar lo cualitativo, sobre todo si de vínculos se trata. (Vínculos familiares, vínculos con amigos, vínculos con compañeros, vínculo con la pareja, vínculo con el trabajo propio, vínculo consigo mismo)
Para explicar la idea anterior comparto un fragmento de El Principito de Antoine de Saint-Exupery.
“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar:
“¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?”
Solamente con estos detalles creen conocerle. Si les decimos a las personas mayores:
“He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado”, jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa.
Es preciso decirles: “He visto una casa que vale cien mil pesos”.
Entonces exclaman entusiasmados: “¡Oh, qué preciosa es!”
Aquello que miramos y no podemos ver es lo simple.-* Lao Tse
Lo simple, va acompañado de disfrutar cada momento y cada instante intensamente, cada cosa por su propia esencia.
Que tengan un lindo fin de semana!
Saludos,
Por Lourdes Quinteiros – Psicopedagogía Laboral
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